Los cookies, probablemente las galletas más famosas de la historia, existen desde hace años, con distintos sabores y formas, pero sin duda, las mejores son las que llevan chocolate…  

Los origenes datan del año 1930, Ruth Wakefield y su marido decidieron emprender un albergue en Whitman, Massachusetts, donde ella lideraba el restaurante. Situado a medio camino entre Boston y New Bedford, sus sabrosas recetas y platos caseros eran el principal reclamo de los viajeros que pasaban por allí.

Ella solía hornear galletas de chocolate, pero un día se quedó sin chocolate en polvo, y cuentan que decidió útil. El resultado fue una sorpresa para ella, ya que creía que el chocolate se derretiría y fundiría con toda la masa, pero sin embargo conservó los trocitos dejando una textura totalmente diferente, y deliciosa a la vez. Años más tarde ella aseguró que no fue casualidad, sino intencionado. Fuese un accidente o no, el invento para los más golosos y chocolatistas se había creado.