Se trata de una tarta muy apropiada para degustar en cualquier momento del dia.
Los primeros vestigios de este dulce parece ser que proviene de los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia, alrededor del año 776 a.C. Existen escritos que cuentan cómo los atletas de aquella época tomaban este tipo de dulce antes de cualquier competición con el objetivo de ganar energía extra.
Una tarta baja en calorías ya que sus ingredientes no aportan hidratos de carbono. Su principal aporte nutricional es proteico por lo que es una receta perfecta para personas que tienen una demanda proteica mayor o que siguen una alimentación cetogénica
Los lácteos, por ejemplo, son especialmente importantes para fortalecer nuestros huesos y aportarnos esa dosis de energía que necesitamos para funcionar cada día. Esta clase de alimentos están presentes en muy diversos postres, como en las riquísimas tartas de queso.